lunes, 21 de mayo de 2007

Los buzos de Tailandia: los Gitanos del Mar

En Tailandia viven unos 400 buzos que usan compresores y habitan en la costa occidental. Se les conoce como los Gitanos del Mar y antiguamente eran nó madas, si bien ahora se han asentado en 12 aldeas má s o menos permanentes de tres provincias. Saben leer y escribir y casi todos ellos han completado la enseñanza obli- gatoria. Prá cticamente todos los buzos hablan el tailandé s y la mayoría tambié n su propio idioma, Pasa Chaaw Lee, que es una lengua malaya á grafa.
Só lo los hombres se sumergen, desde los 12 años hasta los 50, si llegan a esa edad. Se zambullen desde lanchas abiertas con una eslora que oscila entre los 3 y los 11 m. Los compresores que usan son impulsados por motores de gasolina o gasó leo y son primitivos: ponen en circulació n aire sin filtrar en un tanque de presió n y a lo largo de una manguera de 100 m que llega hasta el buzo. El uso de compresores de aire ordinario sin filtració n puede contaminar el aire que se respira con monó xido de carbono, dió xido de nitró geno de los motores de gasó leo, plomo de la gaso- lina con plomo y partículas de combustió n. La manguera se conecta a una má scara normal que cubre los ojos y la nariz. La inhalació n y exhalació n se realizan por la nariz, y el aire exhalado escapa por los bordes de la má scara. La ú nica protecció n contra la vida marina y la temperatura del agua es un cuello elá stico, una camisa de manga larga, un par de zapatos de plá stico y un par de pantalones de estilo deportivo. Un par de guantes de malla de algodó n ofrecen cierto grado de protecció n para las manos (vé ase la Figura 66.2).
En concertació n con el Ministerio de Sanidad de Tailandia se llevó a cabo un proyecto de investigació n para estudiar las prácticas submarinas de los Gitanos del Mar y desarrollar intervenciones educativas e informativas destinadas alertarlos de los riesgos que corren y de las medidas que pueden tomar para reducirlos. Como parte de ese proyecto, trabajadores sanitarios entrevistaron
a 334 buzos en 1996 y 1997. El porcentaje de respuesta a los cuestionarios fue superior al 90 %. Aunque aú n se está n analizando los datos de esa encuesta, se han extraído ya algunas conclusiones.
Por lo que se refiere a las prácticas de submarinismo, se preguntó a un 54 % de los buzos cuá ntas inmersiones habían realizado el último día. De los 310 que respondieron a esta pregunta, el 54 % indicaron que habían hecho menos de 4 inmersiones; un35 % entre 4 y 6, y un 11 % habían realizado 7 o más.
Al preguntarles la profundidad de la primera inmersió n del ú ltimo día de trabajo, de los 307 buzos que respondieron a esta pregunta, un 51 % indicaron 18 m o menos; un 38 % entre 18 y 30 m; un 8 % entre 30 y 40 m; un 2 % má s de 40 m, y un buzo señaló haberse sumergido a 80 m. Un chico de 16 años de una aldea informó que había realizado 20 inmersiones en su ú ltimo día de trabajo a profundidades de menos de 10 m. Desde que empezó en este trabajo ha sufrido 3 episodios de descompresió n. Una alta frecuencia de inmersiones, grandes profundidades, tiempos prolongados de fondo e intervalos cortos en superficie son factores que pueden aumentar el riesgo de un episodio de descompresión.

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