sábado, 26 de mayo de 2007

Riesgos de la explotacion familiar en la Agricultura

La explotación familiar constituye un entorno de trabajo peligroso. Es uno de los pocos lugares de trabajo peligrosos en el que varias generaciones de una misma familia pueden vivir, trabajar y jugar. Puede ser así fuente de numerosos y diferentes peligros para la vida. El indicador má s importante de la seguridad y la salud es la carga de trabajo por trabajador, ya se trate de trabajo físico, de trabajo mental o de la necesidad de tomar decisiones. Muchos accidentes graves se producen en agricultores que trabajan con equipos que conocen bien, en campos familiares, cuando realizan tareas que llevan haciendo años o incluso dé cadas.
Los materiales agrícolas peligrosos, como los plaguicidas, fertilizantes, líquidos inflamables, disolventes y otros limpiadores, son responsables de enfermedades agudas y cró nicas en los trabajadores agrícolas y sus familiares. Los tractores, las barrenas y otros equipos mecanizados han permitido un gran aumento en la tierra y el ganado que un só lo agricultor puede cuidar, pero producen tambié n accidentes graves. La posibilidad de quedar atrapado en la maquinaria, el vuelco de los tractores, la presencia del ganado, la conducció n de má quinas en vías pú blicas, las caídas o los golpes
producidos por la caída de objetos, la manipulació n de materiales, los espacios confinados y la exposición a toxinas, polvo, mohos, sustancias químicas, vibración y ruido son los principales riesgos de enfermedad y lesiones en las explotaciones agrícolas. El clima y la topografía (es decir, el agua, las pendientes, los sumideros y otros obstá culos) contribuyen asimismo.
En conjunto, el trabajo agrícola se asocia a unas tasas de morta- lidad y morbilidad má s altas que ningún otro tipo. Por desgracia, los niños que viven en las explotaciones agrícolas corren también, conjuntamente con sus padres, un mayor riesgo. Las familias rurales, forzadas a seguir siendo rentables a medida que crecen, inducen indirectamente a sus miembros a asumir una carga de trabajo excesiva y a colocarse en una situación de mucho mayor riesgo de fatiga, estré s y accidentes. En estas condiciones es cuando existe una mayor probabilidad de que los niños intenten ayudar, muchas veces trabajando sin supervisión. Además, los factores constantes de estré s asociados al trabajo agrícola pueden ocasionar depresión, conflictos familiares y suicidio. Por ejemplo, los trabajadores que son
a su vez los principales propietarios de explotaciones pertenecientes
a una única familia parecen presentar un riesgo especialmente elevado de suicidio en comparación con otros habitantes de las zonas rurales (Gunderson 1995). Además, los costes de las enfermedades y lesiones suelen ser soportados por los miembros de la familia y por la propia empresa, tanto en lo que respecta a los costes mé dicos directos como a la reducción de la mano de obra necesaria para mantener la explotación.

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